Homenaje a Jesús Poveda

viernes, 31 de agosto de 2012

Carta del Premio Nobel Vicente Aleixandre a Jesús Poveda





1 de febrero de 1976

Velintonia 3 Parque Metropolitano Madrid 3, España

Querido amigo Jesús:

Hace tiempo que quiero contestar a tus palabras, y vayan hoy estas líneas para que sepas que las recibí y que te las agradecí. ¡Cuántos recuerdos!, como sabes he seguido trabajando en mi poesía, y aquí me tienes. Nuestro amigo Miguel nos sigue viviendo en el recuerdo. Vivo en mi misma casa donde él me visitó por primera vez (no donde tú y yo nos conocimos). Muchas veces me he acordado de ti y tus palabras recientes me dan noticias tuyas después de tantos años. Sé que has hecho frente a.la vida, que has prosperado. Yo, como sabes, llevo publicado un montón de libros y ello ha sido la justificación misma de mi vida. Tú te casaste. Yo estoy solterón, solterón hay que decir, y mi hermana, soltera también, vive conmigo. Los amigos me rodean y me siento acompañado por el cariño de ellos y la atención, afecto también de otro modo, de mis lectores. Los años pasan, pero yo siempre soy el mismo. Me alegra saber que has publicado un libro vivido intensamente sobre' Miguel. Fidelidad y amor a lo que fue tu juventud y selló para siempre tu vida. La juventud irrumpe y yo la siento cerca. Por eso siempre hay esperanza. Quiero que sepas que te recuerdo, siempre, unido al nombre de Miguel.De Josefina, su viuda, siempre sé y nos unen los años y las memorias. Ahora te he podido mandar estas palabras que espero te llegarán y con ellas el mismo abrazo de la juventud de tu viejo amigo.

Vicente Aleixandre.

Publicada en "La Lucerna" página 17, diciembre de 1995, nº 41.


Nota según dijo Poveda, Aleixandre ha escribió más de ochenta cartas.


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Jesús Poveda y Vicente Aleixandre se conocían por correspondencia desde 1936, porque Vicente publicó en la oriolana revista "Silbo" un poema titulado "El Árbol", gracias a la mediación de Miguel Hernández desde Madrid.
Un años después durante la guerra Poveda y Carlos Fenoll le visitaron en su casa de Velintonia 3, según escribió en la página 109 "Vida, pasión y muerte de un poetas: Miguel Hernandez":
Por la tarde nos dirigimos a casa del poeta Vicente Aleixandre. Para ver a éste no necesitábamos tarjeta de presentación. Aleixandre no nos conocía personalmente, pero sí por las muchas cartas que nos habíamos cruzado en tiempo atrás. De manera es que recibidos en seguida...


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Poveda escribe en su libro "Ensayos 1. Federico García Lorca-Vicente Aleixandre" de 1941 pág. 89-90

La poesía de Vicente Aleixandre encarna con nuestro temperamento, con nuestro siglo, con nuestras formas clásicas. No es vanguardista ni modernista sino poeta de su siglo. El Arte no tiene fronteras. No puede tenerlas. Sería gritar con Millán Astray "¡abajo la inteligencia, o muera la inteligencia!" Sería ponerle un paredón, un tabique al pensamiento. Sería decir: "hasta aquí, y de aquí no se pasa". Una paloma —en este caso la paloma del es¬píritu que hay en cada uno de nosotros— no tiene alas para velar por donde uno quiera, sino por donde ella quiera, por donde quiere el corazón. El Arte, no obstante, se ajus¬ta a ciertas normas, a ciertas exigencias —o cierta justicia—. Pero el espíritu que lo cultiva y que le da forma y colorido, es el del hombre, el de la mente creadora. La poesía de Aleixandre goza de libertad plena, apropiada a su temperamento, a su espíritu, a su palabra, a su temple de artista. Pero no deja de ser poesía por ser libre, ni "poesía en prosa", como alguien ha creído descubrir en una obra de Verlaine. Es poesía de pies a cabeza, poesía pura, musical, hermosa. Poesía de un poeta dotado de la más refi¬nada sensibilidad y que mejor emplea el castellano. De un poeta que como dice nuestro Federico García, "es poeta por la gracia de Dios —o del demonio—, y también por la gracia de la técnica y del esfuerzo, y porque se da cuenta en absoluto de lo que es un poema".

Carlos Fenoll más bueno que un pedazo de paz, por Jesús Poveda



Bajo el título de "Carlos Fenoll, el de las voces puras de la oriolana lengua", Jesús Poveda publica en "La Lucerna" página 17, diciembre de 1995, nº 41, en el homenaje que ésta revista le decidó la panadero-poeta.

Texto:
Se cumplen este fin de mes 23 años de la muerte en Barcelona de mi querido amigo y gran poeta oriolano Carlos Fenoll Felices, hermano entrañable de mi amada esposa Josefina Fenoll, que es para mí, como yo la he presentado siempre por esos mundos que el Destino nos llevó muy lejos de nuestro pueblo, la "panadera de pan más trabajado y fino", como dijo Miguel, aunque siempre he lamentado que a éste se le olvidara poner su nombre en tan hermosa elegía que le dedicó por la prematura muerte de nuestro hermano Pepito (Ramón Sijé).

Carlos, en su residencia de Barcelona, había dejado de existir el día 31 de diciembre de 1972, y así, muy escuetamente, nos lo comunicaba su hijo mayor, Antoñín, en un pequeño sobre ribeteado de negro, por el luto, que contenía una estampa de Cristo en la Cruz: "Pecadores, miradlo en el madero. Ha muerto por vosotros. Sus divinos labios de luz acaban de expirar."

Este homenaje que le tributamos hoy al poeta-panadero, me pide repetirme -aunque no me gusta hacerlo-sobre la opinión crítica que yo siempre he tenido de los dos más grandes poetas de nuestra Orihuela.

Ello es en mi libro "Vida, Pasión y Muerte de un Poeta: Miguel Hernández", donde digo esto: "LECTOR: antes de entrar en materia, quiero dejar debidamente aclarado que en este libro cobra tanta fuerza, espiritual y material, la figura del desaparecido y entrañable poeta de Orihuela Carlos Fenoll, como la del inmenso personaje que da título a estas páginas... Carlos y Miguel deben aparecer siempre juntos.... el panadero, remando en la nube encendida de su horno sempiterno; el cabrero ,en su huerta, apacentando su hato y sus sueños de poeta".
Dos años después de tan fatal desenlace, en 1974, mi mujer y yo, lo pensamos dos veces y, como digo en mi libro citado, un avión de la "Iberia", de nombre muy a tono con nuestro viaje: el "Lope de Vega", 36 años después de nuestra salida de España, nos regresó a nuestros sueños -esta vez de verdad-.

Esto nos permitió conocer personalmente a la familia Fenoll-Ávila, que nos maravilló su conducta y adaptación a su entorno catalán.

De mi cuñado Carlos, como poeta, podría decir aquí muchas cosas; como persona , me remito a lo que nos dijo el gran Rubén Darío de Don Antonio Machado: era un hombre bueno. Él, que era panadero, era más que un pedazo de pan.

Torrevieja, 11 de Diciembre de 1995.

Dos sonetos y unas letrillas a Miguel Hernández


Portada de la revista "Batarro", número 8-9-10, enero-diciembre 1992. Número especial conmemorativo de los cincuenta años de la muerte de Miguel Hernández (1942-1992). Dirigida por José Antonio Sáez. Jesús Poveda fue invitado a participar con varios autores.


DOS SONETOS Y UNAS LETRILLAS

I

Yo sólo sé que es el mar o los cielos,
acaso unas montanas o unos valles,
acaso una paloma retenida,
yo sólo sé que me imponen tu ausencia.

Yo sólo se que es el mar y me avengo
a todo si floreces un mañana,
si ese mar te me devuelve a este tierra,
si las montañas o el sol te devuelven.

Yo sólo sé qué tremebundas quejas,
qué alboroto el del aire que respiro,
cuánta techumbre, cuánta, cuánto cielo,

cuánta visión callada cada día,
acaso una paloma retenida,
acaso tú, tú misma, nadie más.


II

En este mismo instante he despertado,
y tú, esposa, prendida a mi cariño.
No puede el corazón del hombre niño
ladearse de ti ni de tu lado.

Me tiene tu recuerdo desvelado
y a él le traigo tu voz y el alma ciño.
Pero tanto a tu luz me voy o apiño,
que temo fallecer de enamorado.

Fíjate en la paloma mensajera
que alrededor de tu cuello y el mío
va buscando el arrullo de una era...

Dale tú esa arrogancia o señorío
como la golondrina en primavera,
dale tú, Josefina, poderío.


1
Con tu voz y tu risa
tengo aquí tu recuerdo
de noche y día.
Ángel de nube:
¡ay, tu voz y tu risa
qué bien se lucen!

2

Tiene mi niña un niño
o niña en cuentas.
¡Ay, qué lejos los montes
llevan la brisa!

3

Como el chopo en la noche
tengo tu acento.
¡Cuánta luz en mi alma
me enciende el pecho!

4
Si con mi aliento fuera
a donde quiero,
¡ay, cómo vuela el aire
tras de mi aliento!


Inéditos del libro "La ausencia inolvidada" Poemas de un exilio: 1939-1975.



Nota de Jesús Poveda: El poeta y su voz de ahora.

Estos "inéditos" corresponden a un tiempo mío (1939), recién salido Je .w campo de concentración en la Francia que celebra cada año el I I de Julio. Es decir, que esta vieja historia ya está desfasada, tanto en lo pt'Utico com en lo literario, y lo que es en la Poesía, ni se diga Tiempo aquél para los poetas que no se chupaban el dedo, ni alcanzaban premios .le más de c r..:o mil pesetillas, eso sí, de plata pura.

Yo me aficioné a ser poeta (gracias le doy al Cielo) por mí gran amistad con mi gran poeta de España y de mi pueblo Je Orihuela, un simple y humilde cabrero de la Calle Arriba, Miguelillo el Vicenierre (Miguel Hernández), noble y puro de alma, que estará en la Gloria, como lo estú siempre vive en mi recuerdo.


Torrevieja, junio-199



(Archivo de Gaspar Peral Baeza)

AMISTAD CON RAMÓN SIJÉ. por Jesús Poveda

(Ramón Sijé, seudónimo de José Ramón Marín Gutiérrez) 

 AMISTAD CON RAMON SIJÉ La amistad que yo tuve con José Marín Gutiérrez, conocido posteriormente como "Ramón Sijé", data del año 1928. Tenía José Marín, en aquel entonces, 15 años de edad. Desde ese mismo año sellamos entre ambos una amistad verdaderamente entrañable (1), pues dado el ambiente en que nos desenvolvíamos en aquel pueblo de Orihuela, difícil era encontrarse uno con otro joven, de casi la misma edad (2), con idénticas inquietudes literarias que no fueran las de la crónica local y el ampuloso tema del provincialismo; pues Orihuela tuvo, y seguía teniendo, periodistas y escritores todos cortados por el mismo patrón: su amor al terruño, sus cantos y alabanzas a sus fiestas tradicionales, su ambiente jesuítico y beato, que lo exprimió e hizo de él su gran poema nuestro Gabriel Miró (3), casi tabú para muchos. De este trato mío cotidiano con el que después se llamaría Ramón Sijé, aunado, poco tiempo después, con el que tuvimos los dos amigos con Carlos Fenoll y Miguel Hernández, surgió lo que nos distinguió de los demás escritores localistas; y ello fue que pusimos en boca de toda Orihuela el nombre de Gabriel Miró, como maestro y guía de nuestro grupo (4); el de Azorín, como guía espiritual de otro concepto de la palabra escrita; y el de sacar a flote a un Juan Ramón Jiménez, un García Lorca, un Machado, un Neruda, un Alberti, un Aleixandre, remozando así -gracias a los primeros viajes de Miguel a Madrid- el ambiente literario de aquel pueblo con olor a sacristía. Orihuela, a la fecha, no ha cambiado en este sentido. Nosotros admirábamos en Sijé su portentosa memoria y su tenacidad como escritor. 

Era admiración nada más, pero no emulación. Se ha dicho que era el guía espiritual, o literario, en nuestras tertulias o encuentros en la tahona de mi suegra (5). Esto es falso. Esto es un invento que se sacó de su mollera un adolescente de aquel tiempo que ahora es poeta y escritor, al que se le subió a la cabeza, por los años 50, su título de "benjamín" de nuestro grupo, del que mi pobre y querido cuñado Carlos Fenoll, sabiendo que mentía, se lo adjudicó, con relación a nuestra revista "Silbo", obra mía, y cuando el tal "benjamín" ni siquiera vivía ya en Orihuela (6). Tratar a Sijé era tratar a un intelectual, hecho y derecho. No tenía dobleces, pero sí mucho carácter y mucha seguridad en sus juicios. Yo era -y soy- de izquierdas, y él lo fue de derechas, muy católico, apostólico y romano. Rara vez sacábamos a rodar esta circunstancia en nuestra amistad. Con sus ideas y su punto de vista sobre política -y ya en plena República-, jamás llevaba éstas a una ruptura con sus amigos o conocidos. Visité su vivienda muchas veces, y su cuarto de estudio, muy modesto. Era un trabajador infatigable. Todo lo escribía a mano. Se le había hecho un callo en el dedo corazón de la derecha. Su casa y su ambiente en ella parecía como el de un claustro: todo recogimiento, todo a media luz. El padre de Sijé, que se pasaba las horas del día en su tienda de tejidos, en la planta baja, era un hombre buenísimo. Yo pasaba por allí, en la Calle Mayor, él estaba en la puerta; me paraba a saludarlo y le obsequiaba un cigarrillo, que se lo fumaba a escondidas de su mujer. Sijé y yo fundamos la revista "Voluntad", y su primer número apareció, precisamente, motivado por la Semana Santa. Teníamos que seguir la regla establecida en Orihuela si queríamos contar con anunciantes para costearnos el lujo de dar a luz una revista literaria. 

Esta pobre semipaternidad de ser yo cofundador con Sijé, y nadie más, me lahan escamoteado en cuanto se ha dicho y escrito en mi pueblo, no sé si porque yo era "rojo" y estaba en el exilio, o porque así convenía más a los "señoritos" de Orihuela, que ahora todos son mis amigos y que no se explican porqué me fui yo al exilio. ¡Cosas de la vida!. Sijé hizo pocos viajes: a Murcia, Sierra Espuña, Córdoba y Madrid. Este último lo hizo con intención de conocer personalmente a José Bergamín. Ya había publicado él en "Cruz y Raya" su ensayo sobre San Juan de la Cruz (7), y en el periódico "El Sol", un folletón (8). Usted ya conoce todo esto. Sus relaciones con Giménez Caballero (el "inspector de alcantarillas" de la "Gaceta Literaria"), me parecieron siempre de lo más funesto en su vida de escritor. Giménez Caballero era un estrafalario personaje, muy mediocre y muy retorcido, más fascista que el mismo Mussolini. Cuando empezó a surgir un Sijé distinto al que conocíamos, fue cuando se rodeó de un grupo de "señoritos" y un fraile (9) para que lo apoyaran en su empresa de tener él su revista propia, y de ahí salió su "Gallo Crisis", en plena República; revista literaria ésta que fue costeada por aquellos para llevar más agua a su molino - a la derecha recalcitrante-, y como una premonición de lo que le ocurrió a la pobre República Española. Neruda tenía razón con lo de "sotánica-satánica" (10). Cuando Sijé muere, finalizando el año 35, yo estaba ya bastante distanciado de él, al extremo de que a veces nos saludábamos en la calle y a veces no. A Miguel le pasó lo mismo. Torrevieja, 5 de abril de 1984. Jesús Poveda. NOTAS: (1) A esta amistad se ha referido Jesús Poveda en otras ocasiones, especialmente en su libro Vida, pasión y muerte de un poeta: Miguel Hernández; Méjico, Ediciones Oasis, SA., 1975; págs. 31-34. (2) Ramón Sijé había nacido el 16 de noviembre de 1913 y Jesús Poveda había nacido en Murcia el año 1912. (3) Gabriel Miró dedicó a Orihuela, Oleza, dos de sus mejores obras capitales: Nuestro Padre San Daniel (1921) y El Obispo Leproso (1926). (4) Vid. RAMOS, Vicente; Miguel Hernández, Madrid, Gredos, 1973; págs. 25-35. Del mismo: Literatura alicantina, Barcelona, Alfaguara, 1966; págs. 243-284. (5) La familia Fenoll tenía una panadería en la Calle Arriba, de Orihuela (hoy Calle del Poeta Miguel Hernández) donde, en ocasiones, tenían lugar conversaciones literarias entre miembros de este grupo de amigos. (6) Jesús Poveda alude al escritor Manuel Molina, quien ha defendido sus posicionamientos en varias obras, como: Miguel Hernández y sus amigos de Orihuela (1969), Amistad con Miguel Hernández (1971), Un mito llamado Miguel (1977), etc. (7) SIJE, Ramón: "San Juan de la Cruz (Selección y notas)", revista "Cruz y Raya", núm. 9, Madrid, 1933; págs. 86- 100. (8) Debe referirse Poveda, seguramente, al trabajo de Ramón Sijé que lleva por título "Wilde contra Dickens. Defensa de la sencillez", aparecido en "El Sol", de Madrid, el 19 de enero de 1932. (9) Hace referencia a la redacción del "El Gallo Crisis", que estaba formada por Jesús Alda Tesán, Juan Colom, Tomás López Galindo, José María Quílez y Sanz y Fray Buenaventura de Puzol. Su director era Ramón Sijé y figura como secretario, Juan Bellod Salmerón. Tomado de una carta de Pablo Neruda a Miguel Hernández, fechada en Madrid el 18 de agosto de 1935. El párrafo dice: "Celebro que no te hayas peleado con Gallo Crisis, pero eso te sobrevendrá a la larga. Tú eres demasiado sano para soportar ese tufo sotánico-satánico"... Son harto conocidas las opiniones negativas de Neruda sobre la revista que dirigía Sijé. Vid. IFACH, María de Gracia; Miguel Hernández, rayo que no cesa, Barcelona, Plaza y Janés, 1975; págs. 141 y ss. Publicado en la revista "Batarro", nº 2, enero-abril de 1990, pág. 21-22 (Archivo de Marisa Poveda).

 

 

                                 Ramón Sijé, retrato a óleo pro Palmeral 2005
                                           Palmeral con el retrato de Ramon Sijé. mqyo de 2021
                       Pepito Marín fue el novio de Josefina Fenoll Felices, hermana de Carlos Fenoll

Para saber más sobre Ramón Sijé os recomiendo dos libros míos fáciles de adquirir en Amazon:

"Simbología secreta de la decadencia de la flauta y el reinado de los fantasmas de Ramón Sijé", estudio y edición de Ramón Fernández Palmeral. Prólogo de José Antonio Sáez Fernández.


https://www.amazon.es/Simbologia-decadencia-flauta-Fernandez-Palmeral/dp/1365647307

 Ramón Sijé, el estigmaticado, es una reseña biografica (1913-1935).

Autor Ramón Fernández Palmeral

De venta en Amazon:

https://www.amazon.es/Ram%C3%B3n-Estigmatizado-Ramon-Fernandez-Palmeral/dp/1329949544

 

Otro libro es  Ramón Sijé (semblanza) de Julio Calvet Botella

A RAMÓN SIJÉ. Mi maestro y mi gran amigo

Por Jesús Poveda


Conocí a Sijé espiritualmente en el año 1930, cuando hervía en nuestro cerebro una pasión viril –en pugna material con nuestra juventud--: Voluntad era el emblema de nuestra época. El engendró en nosotros –captados por el instinto—la supremacía del alma: nuestro “yo” se había elevado, y merced a su perseverancia luchamos con el cerebro. Apenas si había hilvanado cuatro renglones en un papel blanco –que se quejaba de aquella ignominiosa manía—y corría en busca de mi amigo, que así lo conceptuaba con improperio, pues en realidad era más que amigo: maestro--, y le daba a leer mi trabajo literario. Nosotros éramos, entonces, los eternos gallos: me corregía el trabajo al instante con una delicadeza y bondad –que era su amor por aquello—que, en cierto modo llegaba a zaherirme en lo más hondo de mí, entonces: mi orgullo –puerilidad del ensueño--, y el disgusto y la controversia nos eran inevitables; pero más inevitable nos era el estímulo del cariño que se tiene a los seres que se rozan el alma y se hablan con la lengua del espíritu. Por eso era eterna nuestra amistad. Cuando salió a la luz del Vulgo Voluntad revista que nació de su seno y que era en síntesis aquello--, publiqué un pequeño poeta sobre el romanticismo juvenil que di vida con la estrofa simbólica de la poesía rubendarioniana: “juventud, divino tesoro”... y lo firmé con el seudónimo de “Víctor”. Pues, bien: mi gran Sijé –como siempre me hacía--, me cogió el trabajo en la misma Imprenta de la Misericordia donde se imprimía la revista, y me dijo: “Trae; esto está cojo; hay que ponerle un final más categórico”. Y diciéndome estas palabras cogió su pluma y puso: “...Y que cuando la Parca llame a nuestra puerta salgamos gozosos a recibirla llevando en nuestros pechos este rótulo: HEMOS SABIDO SER JÓVENES. Y como la juventud es la hombría... “AQUÍ YACE UN HOMBRE”, podía colocarse en nuestro epitafio...”

Llegó el Crispín de Benavente, la Mariquilla Terremoto de los Quintero, y también llegaron a su alma la Purita de Miró y el Abate Don Magín... ¡Laboriosidad, estudio, rincón de la ilusión!. Se había acabado en Sijé el parpadeo de sus ojos, y permanecían despiertos, aguzando con su mirada la pendiente de su vida...

¡Hábeas de 1934!; cantaron en letras de molde los “ki-ki-ri-kí” de su gallo. Y entonces, Sijé, sugirió su quevedismo; un Quevedo deshumanizado: el Don Francisco de Quevedo del “golpe de pecho”, y no el Quevedo del golpe de risa...

Y como su costumbre lugareña –de su olor a Oleza—le hacía subir muchas tardes a San Miguel(86), desde allí contempló la miseria del bajo vientre y se acordó de Nietzsche... y veía a diario trepar por la mañana a Zaratustra, y conversando con este personaje siniestro se embebía en “el sol y siesta” de la tarde de Miró, y divisaba –con sol caliente—entre flores y palmeras de su huerto, la esfinge absorta en la contemplación de Sigüenza, y cantó, con su Miguel, aquellos versos de

“Al prado no pastura ya la oveja:

pasto puro es la oveja ahora del prado”.

Mas, cuando el crepúsculo sonaba en la rocosidad de su condición, aspiraba el aire del oasis infinito y con agilidad de alma nacida para volar venía a solazar su espíritu al papel blanco de su mano instintiva. Entonces era cuando se crecía, y en la candileja de su estudio encendía una llama a la Materia para trocarla en Psiquis.

Aquellas rocas de su pueblo eran las campanas que tintineaban en la noche oscura del amanecer exuberante... Y así vio el amanecer –también—del Viernes Santo, “con su olor crudo a aceite de buñuelos y vino de taberna”. Y llegó hasta él la suavidad de la caricia con mezcla de poco y mucho.

La Navidad se acerca: Yo, Sijé, amigo-maestro del alma te recuerdo tus palabras: “Y que cuando la Parca llame a nuestra puerta...”

¿Me ves llorar, mi gran amigo?. No te oculto mis sentimientos; tú has sido parte y forma de mi juventud: El Gallo Crisis se está desplumando... ¡Qué horrible pelea es la suya!. ¡Mas, no veo con quien lucha!. ¡Es en vano que se defienda. La Parca ha conseguido encerrarlo en su seno!. Seno de la Humanidad: ¡terrible seno!...

Y el gallo tuvo una crisis la noche que los profanos llamaron “Buena”... ¡Este es el epitafio que hay que sellar en la frente del Gulgo!.



Jesús Poveda

Publciado en el númro especial "Acción" de la CEDA, en homenaje a la muerte de Ramón Sijé, el 30 de diciembre 1935

NOTAS:

(31) Jesús Poveda Mellado nace en Murcia en 1912 y a los dos años se traslada a Orihuela. Asiste a las tertulias de la calle Arriba núm. 5, tahona de la familia Fenoll y forma parte de la llamada Generación del 30 en Orihuela. Tras la Guerra Civil sale al exilio y en la República Dominicana publica Sobre la misma tierra (poesía) y Ensayos. En su etapa oriolana fue colaborador de las revistas Actualidad, Voluntad, Destellos, y Silbo. Publicó también un libro titulado Poemas en colaboración con Carlos Fenoll y Justino Marín (Gabriel Sijé) en 1936).

Nota:
Tomado el libro "Textos sobre Ramón Sijé" de José Antonio Sáez

Josefina Fenoll escribiendo una carta


La dedicatoria dice: "Amado mío ¿me olvidarás? yo a ti nunca, tu Josefina"

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Poveda y Josefina publicaron en le revista "Batarro"


(Portada de la revista "Batarro" Albox (Almería), números enero-abril de 1990, donde Josefina Fenoll publicó un interesante artículo titulado "Ramón Sijé. Memoria Personal" páginas 18-21. Y Jesús Poveda "Amistad con Ramón Sijé", pag,21-22. Archivo Marisa Poveda). Revista que dirigió el escritor y poeta José Antonio Sáez Fernández.

En la parte superior de la revista vemos de letra manuscrita de Jesús Poveda, la siguinte nota: "Para nuestra hija Marisa: un testimonio de las historias de sus padres, que quedan impresas en este Revista. 15-05-90. Jesús y Josefina"


LEER "Ramón Sijé. Memoria personal"

LEER "Amistad con Ramón Sijé"



(Actual estado del panteón la familia Sijé -Marín Gutiérrez-)


(Josefina en la tumba de Sijé)

Josefina Fenoll y el poeta Carlos Fenoll eran hermanos





BREVE BIOGRAFÍA DEL POETA CARLOS FENOLL:


El poeta oriolano Carlos Fenoll Felices nació en Orihuela (Alicante) el 8 de agosto de 1912 (no el 7 como se creía, ver el acta de nacimiento, al final, puede deberse a un error del Registro Civil), en la calle de de San Juan, hijo de Antonio Fenoll Onteniente y de Monserrate Felices Lizón. Su padres era panadero y conocido como popular trovero, se trasladaron a la calle Arriba 5 (Ahora Miguel Hernández). Eran trece hermanos, sobrevivieron cinco: Carlos, Josefina (12 de junio de 1914), Carmen, Delfina, Monserrate y Efrén. Josefina fue novia de Ramón Sijé y luego se casó con el escritor Jesús Poveda el 13 de abril de 1937 (que también cumple centenario, pues nacio el 21 de septiembre de 2012).

Fueron los Fenoll amigos y vecinos del universal popeta Miguel Hernández, de Ramón Sijé y de Justino Marín (Gabriel Sijé), Jesús Poveda, de José Murcia Bascuñana, Antonio Gilabert Aguilar. Carlos es conocido en medios literarios como el panadero-poeta.

A finales de 1936 se incorporó al Batallón de Milicias republicanas con su cuñado Jesús Poveda Mellado, estuvo en Madrid y en Casa de Alimán, cerca de Toledo. No pegó un solo tiro, porque estuvo haciendo pan para los republicanos. Allí se reunió por unos meses con su mujer y su hijo José Antonio. En Madrid estuvo junto a Jesús Poveda en la Alianza de Intelectuales Antifascista donde conoció a Rafael Alberti, María Teresa León, Emilio Prados... También visitaron -según Jesús Poveda- a Vicente Aleixandre en la calle Españoleto , al que conocían por correspondecia ya que éste había colaborado en la revista "Silbo" 1936. No lograron encontrar a Miguel Hernández que estaba con El Campesino en Alcalá de Henares.

Se había casado con Ascensión Ávila Martínez, nacida el 24 de febrero de 1914 en Orihuela)(vive todavía con sus hijos en Barcelona), hija de Cayetano Ávila Fonts y Montserrate Martínez Cuadrado, en Orihuela el día 22 de mayo de 1934. Tuvieron cuatro hijos: José Antonio (nació Orihuela en diciembre de 1935), Carlos (nació en Orihuela en 1941), Vicente Luis (nació Orihuela....) y Julián (nacido en Barcelona en 1951) el "último-génito" como él le llamaba, los cuales viven en Barcelona.

Autor de numerosos poemas publicados en diferentes revistas. Un poeta destinado a ser un gran poeta, sin embargo no quiso seguir el sino de su destino literario al que estaba predestinado. Fundador junto a otro de la revista Silbo. Es autor de una numerosa correspondencia con amigos y familia de gran calida literaria. Algunos de sus poemas más destacados son "Trallazos", y "Canto encadenado".

En 1941 murió Doña Monserrate Felices (según Josefiuna Fenoll), tras las desavenencias con los hermanos por la herencia, enfado que duró años.
El día 26 de abril de 1942, un grupo de amigos de Miguel Hernández se reunieron en Orihuela para recordarle al celebrarse casi un mes de su fallecimiento. Entre ellos se encontraban Gabriel Sijé, Antonio Fantucci, Dictinio del Castillo Carlos Fenoll, Antonio García-Molina Martínez, Francisco Giménez Mateo, Francisco Díe García, Adolfo Pérez León José Torres López, José Morell, José María Franco Martínez y José Murcia Bascuñana.

El 5 de agosto de 1947 partió a Barcelona, buscando nuevos horizontes. Primero vino solo por unos meses, un amigo de la mili le colocó otra vez de panadero en las Dirección del Parque de Intendencia del Ejército, que la obligaba a salir de por meses en duras campañas.

Falleció a los 60 años en Barcelona el 31 de diciembre de 1972.
Autor de numerosos poemas religiosos y devoto de su Semana Santa oriolana.

Josefina Fenoll falleció el 5 de marzo de 1999 en Cuernavaca México.

jueves, 30 de agosto de 2012

Jesús Poveda, violinista

(Poveda en un grupo de violines de Orihuela, foto sobre 1926) (Poveda en 1980) Poveda estudió la carrera de violín en España, no fue si no hasta llegar a Puerto Rico y después a Santo Domingo en América, el inició del exilio, que dio conciertos como primer violín para ganarse la vida. También dio conciertos y conferencias sobre los poetas de la época Miguel Hernández, Vicente Aleixandre, Garcia Lorca. En México tuvo varios oficios. En 1975, regresaron a España. En Cuernava había escrito "Vida, pasión y muerte de un poeta: Miguel Hernández" y publicado en Ediciones Oasis de México.

Libros publicados de Jesús Poveda





Poema de Jesús Poveda a su esposa


(Josefina con sus hijas Josei y Marisa, en Cuernavaca (México). Archivo Marisa Poveda)

Esposa de mi amor y de los chopos
esposa del jazmín
delicia de las fuentes,
esposa de los cálices y copos,
de la altas entrañas del confín.
delicia de la eras:
cultivarás los granos de simientes
de este amor que reviste enredaderas.

De nada vino el mundo y nada eras.
Vendrá la muerte, esposa,
levantando laderas,
cadáveres de viento y mariposa.

El hijo de mi entraña que reposa
creciendo en tu universo,
paladar de sudores,
levanta con su cuerpo de tu fosa
el pulso de la fiebre de mi verso,
el tiempo eternamente
tiempo, semilla floreciendo amores
de este amor que nos nace dulcemente.

Serás la madre siempre de mi gente,
la niña de mis ojos,
la roano de mi frente:
serás el pasto puro en los rastrojos.

Endulzando el olivo con hinojos,
de la altitud del chopo
endulza nía la miera
cuando apunten claveles siempre rojos
de tu vientre fecundo — luna en copo—.
Catadora de viña:
endúlzame la savia de la higuera
con un niño-varón o una hembra-niña.


Poema incluido en el libro "Sobre la misma tierra", Editorial Cervantes, El Higuamo, Talleres Castro Molina, Santo Domingo (Repúbliva Dominicana), 12-02-1940. Paginas 33-34

Curioso error en La Certificación Literal del Acta de Nacimiento de Jesús Poveda



(Archivo de Marisa Poveda)

Es curioso observar la manifestación de Jesús Poveda en la página 29 de su libro Vida, pasión y muerte de un poeta: Miguel Hernández, México, Oasis, S.A., 1975, donde declara que nació el 21 de septiembre de 1912; sin embargo, en la Certificación Literal del Acta de Nacimiento que adjuntamos: Libro 63, folio 212, núm 969, expedido por D. Juan Parejo de la Cámara, Juez Municipal de Distrito número uno de Murcia, se anota que nació a las cuatro horas del 14 de octubre de 1912, hijo de Vicente Poveda López y de Francisca Mellado Pariago, domiciliados en calle López Pugcerver de Murcia. Nieto de Pedro y de Fuensanta por línea paterna, y de Juan José y Josefa por línea materna.

Para este centenario hemos de tomar la fecha manifestada por Jesús Poveda del 21 de septiembre, sentamos seguros que nació este día, y que lo registrarán por olvido o desconocimiento casi un mes más tarde, aunque esta es la fecha oficial.

Curiosidades que hemos de exponer para un conocimiento de la burocracia de aquella época, donde en el Registro Civil no exigían certoficación del médico, pues por lo general, los niños/as nacían en casa y de manos de comadronas.

Josefina Fenoll Felices, amiga y vecina de Miguel Hernández


(fotos de Josefina Fenoll, sobre 1945. Archivo de Marisa Poveda Fenoll)


(Archivo de Marisa Poveda Fenoll)

Josefina conocida como "la panadera del pan más trabajado y fino" nació en la calle San Juan de Orihuela el día 12 de junio de 1914, hija de José Antonio Fenoll Onteniente y de María Monserrate Felices Lizón. Hermana del poeta Carlos Fenoll. Conoció a Miguel Hernández en el Cuadro Artísticos Musical de la Casa del Pueblo 1927-1028. En abril de 1932 fue novia de Ramón Sijé (Pepito Marín Gutiérrez) hasta la muerte de éste el 24 de diciembre de 1935. Publicó en la revista "Batarro" de Albox (Almería) 1990 "Ramón Sijé. Memoria personal" donde cuanta algunos detalles de su noviazgo.

Josefina Fenoll falleció el 5 de marzo de 1999 en Cuernavaca (México), en casa de su hija Marisa.

Se crió entre panaderos y poetas, estaba muy acostumbrada a oír mencionar los nombres de García Lorca, Alberti, Aleixandre o Machado entre otros. A leer en los ejemplares del ABC al que estabs suscrito su padre. También estaba acostumbrada a hablar de poesía con clientes y amigos, tal y como hacía con Miguel Hernández cada vez que iba a comprar a la panadería. Josefina y Ramón Sijé empezaron a conocerse en 1932 (según su artículo "Ramón Sijé, memoria personal", en Batarro 1990). Miguel, le dedicaría en enero de 1936, una segunda elegía a Ramón, en la que se dirige a ella sobre todo: "En Orihuela, su pueblo y el mío, se ha quedado novia por casar la panadera de pan más trabajado y fino, que le han muerto la pareja del ya imposible esposo". Ese noviazgo, a decir de algunos, distanciaría algo a Poveda y a Josefina del resto de amigos del grupo, especialmente de Miguel Hernández, por no haber respetado la memoria del amigo muerto.

Josefina formó parte de un grupo de teatro en Orihuela, bajo la dirección de José Bonavia, cartero de profesión, grupo en el que participó también Miguel Hernández. Miguel Hernández estuvo enamorado de ella, que por la edad juvenil debió ser por su belleza, pero al intervenir Ramón Sijé, Miguel le dejo vía libre. Con su profesión de pastor tenía poco que ofrecerle.

Contrajo matrimonio con Jesús Poveda Mellado en Orihuela el 13 de abril de 1937.



Terminada la guerra civil salieron para el exilio, Toulouse, Puerto Rico, Santo Domingo y México. Josefina tuvo que trabajar de recepcionista durante el día, porque http://www.blogger.com/img/blank.gifPoveda tenía que salir a trabajar de noche. Tuvieron tres hijos Josei (1940) Marisa 1946 y Fernando (1948-falleció en julio en 1998). Tuvieron nietos: conocemos el nombre de una: Norma que vive en Murcia, con la que deseamos contactar)



Elegía a la panadera (novia de Ramón Sijé)

Este poema no figura en El rayo que no cesa, a pesar de ello lo he incluido ya que María de Gracia Ifach, seudónimo de Josefina Escolano, lo incluyó en la página 58 de Antología de Miguel Hernández, (Losada, Buenos Aires de 1960), donde anota: «Esta Elegía quería Miguel incluirla junto a la otra de Ramón Sijé, en El rayo que no cesa; por este motivo va aquí». Y respetando esta acertada decisión recojo el poema y lo analizo porque lo creo imprescindible. La novia de Ramón Sijé se llamaba Josefina Fenoll Felice, vivía en la calle Arriba y era hermana de los poetas panaderos: Carlos y Efrén.
Es autora del artículo: "Ramón Sijé, memoria pesonal", publciada en la revista "Batarro" de Albox (Almería), segunda época, nº 2, enero-abril 1990. En esta artículo comenta Josefina que se conocieron en 1932.

Empieza el poeta pidiéndole a la novia que se retiren juntos a llorar a la sombra de un granado, y continúa narrando que «desde un cielo gris desconsolado, / caen ángeles cernidos para el trigo [...]». De esta metáfora he tomado la ilustración ya que posee un gran impacto visual. Obsérvese que en «Soneto Final» apareció por primera vez arcángeles. Vuelve a pedirle que vayan hasta el granado, y le llama panadera lilial, vuelve a tomar la palabra de los modernistas que ya usó en el soneto final con la nevada lilial. Y esto reafirma mi hipótesis de que el poeta quiere emparejar el «Soneto Final» con la «Elegía a Ramón Sijé».

En «buscando abejas va por los panales», también es una forma de emparejarla con «disputando tu novia y las abejas», de la estrofa 14. Y sigue con «sin su labor de sol y de colmena». O también «en silencio de abeja detenida». Hay una obsesión por los panales y las colmenas, que habría que investigar.

De nuevo utiliza la palabra rayo, «como un rayo dispuesta a ser herida». Dos veces utiliza relámpago en una clara alusión al rayo que no cesa. Luego vuelve a consolar a la que «ibas a ser la flor de las esposas» (terceto 16) y a ayudarle a soportar la pena «y a sufrir por lo bajo, compañera».

Remata esta elegía con un «Levántate: te esperan tus zapatos / juntos a los suyos muertos en tu cama». Como si Sijé hubiera muerto sobre la cama de la novia, como metáfora simbólica de una unión sentimental. Y acaba la elegía con una coordinada copulativa: «y la lluviosa pena en sus retratos / desde cuyos presidios [tumba] te reclama». Nos encontramos con «lluviosa pena» que no es sino otro comodín como el poeta ya escribiera en el soneto 2 al decir «lluviosos rayos destructores», y también en el 27 que empieza con «lluviosos ojos que lluviosamente [...]». Un lloro que también empareja con el primer verso de la «Elegía a Ramón Sijé»: «Yo quiero ser llorando el hortelano». La palabra «lloro» se repite dos veces en El rayo..., puesto que el llorar entra en el modernismo con Rubén Darío: «Cuando quiero llorar, no lloro, y a veces lloro sin querer». García Lorca es también de los llorones en sus poemas: «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías». Recientemente la Fundación Cultural MH de Orihuela ha recuperado la correspondencia de Ramón Sijé.

ELEGIA A LA PANADERA, por Miguel Hernández

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se ha quedado
novia por casar la panadera de pan más trabajado
y fino, que le han muerto la pareja del ya imposible
esposo.)


Tengo ya el alma ronca y tengo ronco
el gemido de música traidora...
Arrímate a llorar conmigo a un tronco:

retírate conmigo al campo y llora
a la sangrienta sombra de un granado
desgarrado de amor como tú ahora.

Caen desde un cielo gris desconsolado,
caen ángeles cernidos para el trigohttp://www.blogger.com/img/blank.gif
sobre el invierno gris desocupado.

Arrímate, retírate conmigo:
vamos a celebrar nuestros dolores
junto al árbol del campo que te digo.

Leer la elegía completa

Elegia a Federico García Lorca por Jesús Povedad


(Federico García Lorca por Palmeral)




ELEGÍA
Al poeta Federico García Lorca

Me basta con tu sangre con tu aliento:
para llorar me basta tu memoria
o el leve roce que le das al viento.

Quiero llorarte a solas en tu historia;
catando el pulso que la muerte tiene
quisiera ver el sitio de tu gloria.

El rocío en la sangre se detiene,
¡se detiene hoy el plomo en tanta muerte.
que ya sobre tu canto se mantiene

o en el puño cerrado de esta suerte. . .
Para llorar me basta con tu risa,
con recordarte a ti como al más fuerte

pulsador de guitarras y de brisa,
porque el aire más fino de mi tierra
brotaba de tu lengua y tu camisa.

Tu crimen se enarbola en esta guerra
sacudiendo puñados de elegía
y al nombrarte la boca se nos cierra.

Sacudes los puñados cada día
del zumo que germinan los manzanos
y forman un aljibe en tu poesía.

Te llevan en la palma de las manos,
arrancando raíces de jazmines,
te llevan a soñar con los gitanos.

¿Por qué sobre tu muerte hay tantos fines,
tantos ojos cegando corazones,
tantas sombras de simas y de crines?

Te llevamos en uñas de bordones,
como la enredadera de una fuente,
te llevamos al pie de los balcones.

¡Ay Federico, ay, gran poeta ausente
elevado a la sombra de la nada!:
¿dónde mi corazón, dónde mi gente,

dónde la ausencia que haces a Granada,
poeta joven de un llorado sino,
pueden ver a la novia enamorada?

¿Dónde, dime, al poeta? ¿Y qué destino
ha de tener el hombre tan presente
que ¡lora entre las aguas y entre el vino?

¡Te lloraré en la sombra, tristemente!

Jesús Poveda Mellado, entre 1936-37
(Publicado en "Sobre la misma tierra" 1940)

De cómo conocieron Jesús Poveda y Ramón Sijé a Miguel Hernández


(Ramón Sijé por Palmeral, 2006)

Se observan muchas imprecisiones en el libro de Jesús Poveda. Y es que el tiempo suele reinvertar nuevas verdades. En las páginas 35 y 36, nos relata de cómo él y Ramón Sijé conocieron a Miguel "Visenterre", dado a concer por Carlos Fenoll, leemos:


"El panadero [Carlos] Fenoll vivía cerca del despacho donde yo trabajaba[con el abogado Tomás López Galindo]. De vez en cuando, en las tardes, llegaba hasta allí a saludarme tras la reja, él desde la calle, y casi siempre me dejaba algún trabajo suyo que yo procuraba que saliera publicado en Actualidad, abusando de la bondad de mi jefe.

Para Voluntad [Cronología: de marzo a septiembre de 1930, salieron 13 números] fui yo, precisamente, el que le pedí su colaboración [la de Carlos] y por mi mediación fue que se conocieron Marín y él [Carlos], así como por la de Fenoll conocimos nosotros al cabrero-poeta de Orihuela, Miguel Hernández, que entonces usaba de segundo apellido el de Giner [el segundo de su madre].

Ocurrió lo siguiente: para nuestro tercer número de Voluntad nos llegó a la imprenta, bajo sobre cerrado, un precioso soneto en alejandrinos titulado el "Nazareno". Nos deslumbró. ¡Esto sí era un poeta! Lo firmaba Miguel Hernández-Giner. . . ¿Quién sería este poeta? ¿Era esto otro plagio? Temamos que averiguar quién era este poeta.

Fenoll, el panadero, nos sacó de esta incógnita. Este poeta era su vecino, de la misma calle de Arriba y cabrero de profesión. Pero no se le conocía así, sino por su apodo de El Vicenterre. ¡Vaya sorpresa la nuestra!"

En esta foto de grupo de alumnos del Colegio Santo Domingo de 23 de diciembre de 1923, vemos a Pepito Marín y a Miguel Hernández juntos, por lo tanto Pepito y Miguel ya se conocian. Deberían ser muy torpes para no verse entre una veintena de alumnos.




Continúa Jesús Poveda:

"Creo que fue ese mismo día cuando Carlos Fenoll nos dijo quién era El Vicenterre (sic) [Visenterre], y nos fuimos a la caída de la tarde en su busca. Llegaba el poeta de la huerta de Orihuela y hacía su entrada con el rebaño de cabras por las puertas de la ciudad que dan al antiguo Colegio de Santo Domingo, que viene quedando exactamente detrás de la casa donde él vivía. Cargaba ese día sobre su cuello un chotillo recién nacido. Carlos, Sijé y yo nos adelantamos a su encuentro, como si nos hubiéramos hallado con un personaje de leyenda, y estrechamos su rústica mano de pastor, y él se rió y se alborozó: ya tenía tres amigos verdaderos. Empezaba a caminar el año de 1930".

El director real de la publicación fue Ramón Sijé. En un manuscrito suyo, al hablar de esta revista, el propio José Marín Gutiérrez, al referirse a Voluntad, recuerda: ‘¡(...) soy redactor-jefe! (...)’. Por otra parte, también lo corrobora uno de los promotores de la revista, Jesús Poveda, al profesor José Muñoz Garrigós: ‘maduramos entre él [Sijé] y yo la idea de hacer una revista literaria quincenal, que podríamos costear con anuncios. Desplegamos los dos en ésto mucha actividad. La revista en cuestión se llamó ‘Voluntad’ y desapareció con su número 13. Yo fui, pues, redactor y fundador de ella, con José Marín, como director’. (El Eco Hernandiano digital)

Amistad de Jesus Poveda y Miguel Hernández


Jesús Poveda conoció a Miguel Hernández El Vicenterre en marzo o abril de 1930, cuando le publicaron el "Nazareno" en el número 3 -dedicada a la Semana Santa- de la revista quincenal "Voluntad" 1) que salió el 15 de abril de 1930. Revista que en los primeros números dirigía Jesús junto a Pepito Marín (Ramón Sijé), al que dice que conoció en 1928 (Pepito Marín tenía 15 años, había nacido el 13 de noviembre de 1913).

Escribe Jesús Poveda en su libro de 1978:

Para "Voluntad" fui yo, precisamente, el que le pedí su colaboración y por mi mediación fue que se conocieron Marín [José Ramón Marín Gutiérrez) y él [Miguel Hernández], así como por la [medición] de [Carlos] Fenoll conocimos nosotros al cabrero-poeta de Orihuela, Miguel Hernández, que entonces usaba de segundo apellido [de su madre] el de Giner.
Ocurrió lo siguiente: para nuestro tercer número de Voluntad nos llegó a la imprenta, bajo sobre cerrado, un precioso soneto en alejandrinos titulado el "Nazareno". Nos deslumbró. ¡Esto sí era un poeta! Lo firmaba Miguel Hernández-Giner. . . ¿Quién sería este poeta? ¿Era esto otro plagio? Teníamos que averiguar quién era este poeta.

(Nota.- Poveda escribe en el párrafo anterior que le pidó su colaboración a M.H., cómo es que en el siguiente cuenta que recibieron el poema en sobre cerrado. Si se le pide a alguien un poema te lo da en mano o en sobre abierto.

Fenoll, el panadero, nos sacó de esta incógnita. Este poeta era su vecino, de la misma calle de arriba y cabrero de profesión. Pero no se le conocía así, sino por su apodo de "El Vicenterre". ¡Vaya sorpresa la nuestra!"
(Jesús Poveda 1978,35)

"...Creo que fue ese mismo día cuando Carlos Fenoll nos dijo quién era El Vicenterre, y nos fuimos a la caída de la tarde en su busca. Llegaba el poeta de la huerta de Orihuela y hacía su entrada con el rebaño de cabras por las puertas de la ciudad que dan al antiguo Colegio de Santo Domingo, que viene quedando exactamente detrás de la casa donde él vivía. Cargaba ese día sobre su cuello un chotillo recién nacido. Carlos, Sijé y yo nos adelantamos a su encuentro, como si nos hubiéramos hallado con un personaje de leyenda, y estrechamos su rústica mano de pastor, y él se rió y se alborozó: ya tenía tres amigos verdaderos. Empezaba a caminar el año de 1930." JESÚS POVEDA (1975, pp 35-36)

Nota
1).- Ficha técnica de la revista Voluntad:
FICHA ANALÍTICA:
Empresa periodística
- Editores y administradores: Ramón Sijé, Carlos Fenoll, Jesús Poveda, Álvaro Botella, Antonio Estevan, Abelardo L. Teruel, Miguel Hernández, López Maymón, Luis Almarcha y J. Balaguer.
- Director: Manuel Martínez Fabregat.
- Precio del ejemplar: 25 céntimos los habituales, 40 céntimos el de Semana Santa y 75 pesetas el número 10.
- Puntos de venta: No consta.
- Suscripción: 40 céntimos mensuales.
- Colaboradores: Ramón Sijé, Carlos Fenoll, Jesús Poveda, Álvaro Botella, Antonio Estevan, Abelardo L. Teruel, Miguel Hernández, López Maymón, Luis Almarcha y J. Balaguer.

Jesús Poveda y Carlos Fenoll en la guerra civil española


(Milicianos en las baricadas)

Por Ramón Fernández Palmeral


Carlos y Poveda marchan al frente de Madrid y Toledo:

“Empezaba noviembre de 1936 cuando mi cuñado Carlos Fenoll [casado y con un hijo] y yo salimos [en un autocar desde el Ayuntamiento] desde Orihuela hacia Madrid para alistarnos como voluntarios en un Batallón de Milicias que se nos dijo se estaba formando y que llevaría el nombre del poeta asesinado por los fascistas Federico García Lorca”. (Jesús Poveda, 1975, p.99)

La Batalla de Madrid (denominada también la defensa de Madrid) es el conjunto de episodios bélicos sucedidos en la zona de Madrid durante el transcurso de la Guerra Civil Española. Tras el pronunciamiento del 17 y 18 de julio de 1936 la sublevación militar diseñada por el General Mola tiene lugar con éxito en el protectorado español de Marruecos y parte del norte de España. Tras el fracaso de la rebelión en Madrid, en los días posteriores al pronunciamiento con la caída del Cuartel de la Montaña y el de Campamento, la ciudad queda bajo el dominio gubernamental de la Segunda República Española. Desde este instante, la toma de la ciudad de Madrid era un objetivo militar para las tropas sublevadas. Desde el norte las tropas del general Mola y posteriormente desde el Sur-Este por las tropas del General Varela y del General Yagüe.

Pero antes de entrar en la capital, el autocar donde iban paró en un lugar solitario, en el campo, y les dejó allí, donde había muchos hombres preparándose para entrar en el escenario de la guerra. Les fueron fusiles Máuser y un cinturón con cartucheras llenas de cartuchos, ya listos, equipados de esta manera se montaron en un camión de carga, descubierto, repleto de hombres y atravesaron por varios puntos de la ciudad hasta llegar a las inmediaciones de Getafe. Luego el llevaron al Barrio de Usera:

“…Se nos destinó a una zanja que tendría más de un kilómetro de larga, de una altura que nos cubría hasta el cuello. Allí nos fuimos metiendo y tomando posesión del escaso metro de espacio que nos correspondía a cada quien. Esta trinchera o simple zanja, como digo, fue abierta, días antes, por los voluntarios zapadores de la capital madrileña, y en ella trabajaron con pico y pala desde el empleado de banca hasta el más humilde de los barrenderos. Pero aquella tumba inmensa era una in¬munda ratonera, llena de humedad por las paredes de barro, pues aquellas tierras pertenecían a un campo de labor. Ya instalados en ella, Carlos y yo juntos, nos dieron una manta, alimentos enlatados y una garrafa de coñac que tendríamos que repartirnos entre cada diez hombres. No cesaba de llover ni cesaría nunca. Sufrimos allí ataques y contraataques del enemigo que, con el correr de los días, nos fueron fogueando y acostumbrándonos cada vez con más naturalidad a estas faenas de la guerra”.

En la Alianza de Intelectuales Antifascistas
La Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura fue una organización civil ubicada en Madrid primero y Valencia después, creada el 30 de julio de 1936, nada más iniciarse la Guerra Civil Española.
Sus antecedentes se encuentran en 1935, cuando se había celebrado en París el I Congreso de Escritores y se constituyó la Asociación Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura, donde habían asistido varios españoles. La Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura se creó como sección española de la Asociación Internacional.
Se organizaba conforme a un ateneo, manteniendo una división en áreas temáticas de la misma forma. En su actividad, además de la propiamente cultural, se hicieron manifiestos, charlas y llamamientos contra el ascenso del fascismo que representaba el Ejército sublevado de Franco. Entre sus miembros se encontraban María Zambrano, Ramón Gómez de la Serna, Rafael Alberti, Miguel Hernández, José Bergamín, Rosa Chacel, Luis Buñuel, Luis Cernuda, Pedro Garfias, Juan Chabás, Rodolfo Halffter, Antonio Rodríguez Moñino, Ramón Sender, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Max Aub, José Peris Aragó, Eduardo Ugarte y Arturo Serrano, entre otros.

Nuestros oriolanos voluntarios en el fragor de la Defensa de Madrid, tuvieron tiempo de acercarse a la Alianza de Intelectuales. Su interés era encontrárse con Miguel Hernández, o le dieran señal de él. La Alianza se situaba en calle de Marqués del Duero, número 5, Palacio de los Heredia-Spínola,

Jesús Poveda escribe:
“En ella conocimos a Rafael Alberti y a su esposa María Teresa León, al musicólogo Vicente Salas Víu, al poeta José Herrera Petere y a los escritores Lino Novás Calvo y Corpus Barga. Pero Miguel no estaba a esas horas. Se nos informó que se hallaba en el frente con la Brigada de El Campesino y que llegaba en las noches. Era mediodía.
Por la tarde nos dirigimos a casa del poeta Vicente Aleixandre [Velintonia, 3]. Para ver a éste no necesitábamos tarjeta de presentación. Aleixandre no nos conocía personalmente, pero sí por las muchas cartas que nos habíamos cruzado un tiempo atrás [en la época de Silbo]. De manera es que fuimos recibidos en seguida. Nuestro atuendo era el mismo que ya he dicho”.


El 9 de marzo de 1937 Carlos y Poveda están en Orihuela, puesto que son los testigos de la boda Miguel y Josefina, celebrada en la casa de los padre de Miguel. Miguel se caso vestido con uniforme verde-oscuro del Quinto Regimiento:

Todo lo cual se verificó y declaró ante los testigos designados por los contrayentes: CARLOS FENOLL \ FELICES, natural de esta ciudad, mayor de edad, de estado casado, de profesión panadero y domiciliado en la calle de Arriba y JESUS POVEDA MELLADO, natural de Murcia, mayor de edad, de estado SOL¬TERO, de profesión empleado, domiciliado en ésta, calle de Muñoz, a quienes conoce el Señor Alcalde. (Alcalde Francisco Oltra)

Aleixandre les proporcionó la amistad de otro poeta joven hijo de un Ministro de Obras Públias en la República Bernardo Giner de los Ríos. Al padre y al hijo los volvió a ver Poveda en su exilio de México. Se llamaba aquél Francisco Giner de los Ríos Morales, yerno de Enrique Díez Canedo, pues se casó con la hija de Enrique, María Luisa Díez-Canedo (Mapisa), a la que entrevisté en 2005 en Nerja.

El 9 de diciembre de 38 Carlos está en Orihuela y se marcha para Madrid, carta a su cuñado Poveda, esta en Cataluña.
9 de Diciembre-1938-Orihuela- Hermano Poveda: En lugar de escribirte el día que llegué te escribo hoy que me marcho. Ya he visto las piedras y los seres queridos. Ya he aspirado el aire de las estrellas de nuestro cielo. Mi corazón ya no llora de nostalgia, aunque le florecen las raíces del nuevo dolor: la mar¬cha. Me he quitado del cuerpo hace un momento la ropa de paisano y llevo puesta la ropa militar. Entro en escena otra vez. De aquí a dos días ya estoy en la meseta castellana.- Recibí tu última carta. Anoche recibió Josefina la última tuya, con una soberbia foto. Estás exactamente como eres. Te escribiré en seguida que llegue a mi destino más detenida y extensamente. Ahora voy a despedirme de todos. No he visto a Miguel- Te abraza - Carlos.

Años mas tardes carlos fue otravez a Madrid, no sabemos a qué. En carta a Manuel Molina:
«Amigo: Desde que regresé de Madrid, donde hallé un ambiente de vida que no me gustó, no he cesado de cavilar buscando una nue¬va orientación y solución a mi destino. Por fin, y de una manera definitiva, he decidido irme a Barcelona, no solo, sino con mis hijos y mi mujer, y el día 5 del mes próximo embarcaremos en Alicante.
He quemado las naves: he vendido la casa y los muebles. De esta forma es como no se regresa.»
(Orihuela, 23 de julio de 1947)

Años después, entre 1942 y 1943, Carlos Fenoll tuvo que hacer el preceptivo servicio militar con los nacionales en Barcelona.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Carta de Pablo Neruda a Jesús Poveda



El 12 de junio de 1939, Jesús Poveda se dirigió a Pablo Neruda en la Embajada de Chile en París, donde le informa de la detención de Miguel Hernández. Pablo Neruda le contesta a vuelta de correos el 15 de junio, cuya importante carta adjuntamos.
¿Cómo se enteró Jesús Poveda de la detención de Miguel en Rosal de la Frontera (Huelva) el 4 de mayo de 1939, a penas un mes y medio antes de la carta.
Por aquel entonces Jesús residía en el 29, Rue des Potieres. Touslouse.
Lo cual evidencia la amitad que hubo entre Miguel Hernández y Jesús, así como de este con el gran poeta Pablo Neruda.

Jesús Poveda y Josefina Fenoll en el exilio de Santo Domingo



(Fotos del archivo de Marisa Poveda)

Requiem por la calle de Arriba, por Marisa Poveda


(Tahona de los Fenoll donde Jesús Poveda rondaba a Josefina Fenoll)


(Fotografía de Jesús Poveda y su hija Marisa en Orihuela, delante del solar donde estuvo la tahona de los Fenoll Felices, 1990).



¡Qué ramos de pasión y de añoranza se abrieron en mi pecho ! Es Orihuela, es la savia y la vida y la alegría de la patria magnifica y pequeña, la que toma calor, color y forma, la que siento, amo y veo en vuestra lengua.
Carlos Fenoll "De Hoy para Mañana"

" Papá venía por las tardes a la panadería" - me cuenta mi madre -, " venía todas las tardes a verme; venía también Miguel y ahí estaba mi hermano Carlos. Leían poemas de Miguel, de tu padre, de tu tío Carlos, mientras yo despachaba el pan sobre el mostrador de mármol. La casa era hermosa. Mi padre se la compró a la iglesia en el año 27, habla sido la casa del canónigo D. Antonio Murcia, al morir se la dejó a la iglesia para bien de almas. Arriba de la puerta principal, de maderas finas y herrería se leían las letras "A.M." grabadas en piedra. Por aquel tiempo vivíamos en la calle de San Juan y mi madre fue al velorio del canónigo Murcia y me contó que al entrar y ver aquella hermosa casa se dijo que algún día ella tendría una casa asi. Y así fue. Era de dos pisos y cuatro balcones de hierro forjado y la escalera, la escalera estaba formada de amplios escalones de mármol blanco, así de gordos y limpísimos, el pasamanos era todo forjado de hierro el barandal y rematado en caoba labrada. Mi madre tenía en el comedor un chinero empotrado, era de madera oscura, lleno de loza y platones de colores pintados a mano, cada repisa llevaba encaje de ribería, era tan grande que corría a lo largo de la pared del comedor, parece que lo estoy viendo, era como el alma de la casa. Tu abuela tenía un albañil, se puede decir que de planta, el Rate, y le decía : oye, Rate, hay que subir al tejado que tenemos una gotera. El Rate siempre tenía que hacer; así cuidaba tu abuela de la casa. Ahí murieron, primero tu abuelo Antonio que era un hombre muy alto y muy guapo, de ojos grandes y muy negros, murió en el 29. Murió el Antoñín, mi hermano mayor, de veintidós años, figúrate el dolor de mi madre. Ahí murió tu abuela, eso fue en el año 41. Eloísa era muy pequeña cuando llegamos a vivir ahí y Monse aún no habla nacido. Tuvo catorce hijos tu abuela, al final quedamos seis, en aquel tiempo se morían los chiquillos de fiebres, de infecciones; no habla antibióticos, como ahora".

Mi madre es Josefina Fenoll Felices, "La panadera del pan más trabajado y fino" la novia viuda de Ramón Sijé, Pepito Marín, la esposa de mi padre, Jesús Poveda Mellado, la "Esposa de mi amor y de los chopos/ esposa de cálices y copos/ serás la madre siempre de mi gente", la siempre bienamada esposa, ahora 53 años esposos. Amor que ha crecido a guerras y al exilio, en la bonanza y la desventura. Amor que es un ejemplo.
"La panadería estaba en los bajos y atrás el obrador, teníamos un burro, el burro Perico, en un patio al fondo, el Perico jalaba un carrico con el que repartíamos el pan. La calle de arriba era muy alegre, tos chiquillos corríamos libres por ahí, era una calle, de pueblo, limpia y hermosa. Los veranos nos bañábamos en el manantial de aguas frescas y purísimas, "La Balsa de San Antón', de los Iborra, costaba una perra gordo, veinte céntimos. Llegábamos frescos y con hambre a comer tortas de aceite recién horneadas. Esto fue por los años veintes y treintas".

Ahora, 1.990, sólo queda de la panadería viento. Una parcela vacía. Un hueco por el que se han ido tantos sueños y afanes. Un hueco por el que se mira arriba el cielo azul de Orihuela con nubes blancas, indiferentes, que van viajando sin prisas. De aquella casona señorial, elegante y digna, que albergó sonrisas, los primeros pasitos de Monse y los juegos de Eloísa, el amor primero de mis padres, el aroma de pan recién horneado, donde murió Mariano Felices de ochenta años, el bisabuelo mío, abuelo de mi madre, de Carlos, de Delfina, Eloísa y Monse, abuelo del tío Efrén que era igual a su padre de guapo; de aquella panadería queda el recuerdo vivo en el corazón de todos nosotros en familia y ahora, cobra más vida porque ya va en el vuestro, lectores oriolanos, con este testimonio mío :

Marisa Poveda Fenoll.
Revista “Portada” de Orihuela, pag. 15, 1990





Josefina Fenoll Felices, esposa de Jesús Poveda


Fenoll Felices, Josefina

Nació en Orihuela en 1914.

Hermana de Carlos y Efrén Fenoll, compañeros de Miguel Hernández en las tertulias poéticas de la tahona, propiedad de su padre Antonio Fenoll.

Josefina Fenoll formaba parte de un grupo local de teatro, en Orihuela, bajo la dirección de José Bonavia. Inicia relaciones de noviazgo con Ramón Sijé, amigo de sus hermanos Carlos y Efrén. Tras el fallecimiento de Sijé, el 24 de diciembre de 1935, recibe la ayuda y el afecto de Miguel Hernández y todos los amigos de Ramón Sijé, convirtiéndose posteriormente en novia y esposa de Jesús Poveda.

A la muerte de Ramón Sijé, novio de Josefina Fenoll, escribe Miguel Hernández, aparte de la conocida «Elegía» a su «compañero del alma», una segunda «Elegía» en la que hace la siguiente dedicatoria a Josefina Fenoll: «(En Orihuela, su pueblo y el mío, se ha quedado novia por casar la panadera de pan más trabajado y fino, que le han muerto la pareja del ya imposible esposo.)». En esta elegía define a Josefina Fenoll como «panadera de espigas y de flores/ panadera lilial de piel de era,/ panadera de panes y de amores». En carta dirigida a Carlos Fenoll, en febrero de 1936, Miguel Hernández le anuncia la publicación de esta «Elegía» a su hermana Josefina:«Estoy a punto de acabar una segunda elegía sobre la muerte de Sijé y en ella la persona a quien me dirijo es tu hermana. [...] creo que pronto la publicaré en cualquier revista».

Miguel prentendio tener una relación epistolar con Jossfina Fenoll, pero esta no la contestó, por ello en Febrero del 36 Miguel le escribe al padre de Josefina  Manresa para recuperar una relación que se había  perdido durante seis meses.


NOTA.- Reseña publicada en Miguel Hernández: de la A a la Z Diccionario temático hernandiano, Editorial Fragua, 2010, página 120, con autorización de su autor Francisco Esteve Ramírez.

Jesús Poveda y Josefina Fenoll Felices se casaron en Orihuela en 13 de abril de 1937. Josefina falleció en  España, marzo de 1999.

Marisa Poveda Fenoll residente en Cuernavaca Estado de Morelos, (México)

La hija de Jesús Poveda y Josefina Fenoll Felices vive actualmente en Cuernavaca, Estado de Moleros (México). Nos han mandado fotografías como la adjuntas, algunas de ella inéditas. Nos va a aportar importante documentación. Gracias a ella hemos podido alumbrar este blog.





(Marisa Poveda Fenoll)


(Jesús Poveda, Josie (hija mayor nació en 1940), Josefina Fenoll, sobre 1945 en México)


Biografía de Jesús Poveda Mellado



Jesús Poveda viene al mundo en la vecina localidad de Murcia el 21 de septiembre de 1912, el mismo año que lo haría el también poeta, y después su hermano político, Carlos Fenoll. [Nació en la calle López Pugcerver, hijo de Vicente Poveda López y de Francisca Mellado Pariego. Tuvo dos hermanos Carmen y Vicente]

Cuando tan sólo contaba con un año y medio de vida, en 1914, Poveda y toda su familia se ven en la obligación de trasladarse, instalándose en Orihuela.

La familia de Poveda es bastante humilde, y ello hace que éste no pueda prácticamente asistir a un colegio como tal. Será su hermana Carmen la que deba instruirle en las primeras letras, siendo un hecho parecido al vivido por Carlos Fenoll. Esta situación, se va a dilatar poco en el tiempo, puesto que uno de sus hermanos [Vicente], que había montado un pequeño taller de ebanistería, se lo lleva para que le ayude en el trabajo cuando apenas contaba diez años. Sufre al poco un grave accidente con una de las máquinas que se utilizaban para cortar madera, sufriendo heridas de bastante consideración, que hacen considerar a su padre el retirarle del taller, aunque él en principio se niegue, pues le había tomado bastante afición al oficio. Inicia entonces los estudios de música, que incluyen solfeo, violín y algo de armonía y composición, llegando gracias a ellos a dominar bastante bien el violín. También retoma su formación cultural, pero siendo todavía un adolescente (a los 13 años de edad), será admitido para trabajar en el despacho del abogado oriolano D. Tomás López Galindo, donde llegaría a destacar con luz propia como uno de los mejores mecanógrafos del bufete.

El bufete del abogado oriolano es también conocido por ser uno de los centros de la producción literaria oriolana de la época. Actualidad, tendrá su sede en este despacho, siendo D. Tomás su editor. Además, D. Tomás, profundo amante de la literatura, recibe obras de todos los géneros y de todos los autores, conformando una rica biblioteca que Poveda pronto conocerá y que hará que se entregue sin dudarlo y sin desmayo a la lectura. Pronto pasará de la lectura a la escritura, pues hará sus primeros pinitos en lo literario, deslizando, de tanto en tanto, algo que le va a valer sucesivas regañinas, algunos de sus originales dentro de las cuartillas que comprendían cada nuevo número de Actualidad, y que él normalmente llevaba a la imprenta situada en casa de la Beneficncia [Dirigida por el aristócrata Alejandro Roca de Togore]. Con posterioridad, conforme vaya trabando amistad con Fenoll o Hernández, hará idénticas sustituciones de colaboraciones.

En 1928 conoce a José Marín, que era por entonces un estudiante en el Colegio de Santo Domingo de Orihuela, a cargo de los Jesuitas, un gran aficionado a la lectura y a los buenos libros, produciéndose abundantes préstamos de libros entre ellos.

Van madurando entonces la idea de editar una revista de periodicidad quincenal que fuese costeable con anuncios. Esta idea toma cuerpo por fin en 1930. Surge así Voluntad, que toma su nombre del título de una obra de Azorín. Aquí, Poveda une sus fuerzas a las de Sijé para llevar adelante dicha tarea, recayendo las tareas de dirección en Sijé. Poveda le presentará a Carlos Fenoll el cual, a su vez le presentará a Miguel Hernández Giner, que era como entonces firmaba. Esta presentación ocurre tras la publicación, en el tercer número de la revista, del poema "El Nazareno", momentos en los cuales se estiman por parte de la crítica en más de 1000 los versos escritos por Hernández. Algunos de los artículos que Poveda va a enviar a la imprenta en estos momentos se deben a esa formación musical que antes mencionábamos. Así, en Voluntad, aparece en su número 1, de 15 de marzo de 1930, "Cultura musical", y en Destellos, en su número 2 de 30 de noviembre de 1930, aparece otro sobre el compositor alemán Beethoven.

No hay que olvidar que en la producción de literaria de Jesús Poveda tienen lugar otros géneros literarios, como el cuento. Un buen ejemplo es el aparecido en el número 12, de 31 de agosto de 1930, en Voluntad, titulado "La soledad del claustro".

Estos momentos los recuerda también Poveda porque Miguel Hernández enviaba algunos de sus textos al oriolano Juan Sansano, al diario El Día, de Alicante, desde donde efectuó labores de promoción de Miguel Hernández. Es ahora cuando se produce la plena integración de este autor en la nómina de la llamada generación olecense de 1930.

Entre 1931 y 1933 realiza el servicio militar, que cumplirá en la Base de Submarinos de Cartagena.

En 1935, con un Miguel Hernández que está en Madrid buscando esa gloria que siempre se le mostraría esquiva en vida, Jesús Poveda, Carlos Fenoll y Gabriel Sijé fundan junto con Ramón Pérez Álvarez, que hace las veces de secretario, pensando en alejar de ellos el luto por la muerte prematura de Ramón Sijé, la hoja volante de poesía Silbo. Sus pliegos de color amarillo canario, ilustrados con las viñetas de la pintora gallega Maruja Mallo, amiga de Miguel Hernández, sólo van a ver la calle en dos ocasiones, junio y julio de 1936, quedando el tercer número sin salir por el estallido de la Guerra Civil. Esta publicación con una tirada de 300 ejemplares, se pensó como una publicación donde aparecerían trabajos inéditos de los mejores autores y de más renombre, junto con unas pequeñas monografías literarias a modo de pequeños volúmenes o anexos. Esta publicación fue largamente recordada por Fenoll y Poveda, que destacan la financiación de estas ediciones, que costaban 60 pesetas de las de entonces, y que se obtenían en gran manera de la panadería de los Fenoll, merced a las sisas de Carlos al cajón que custodiaba su hermana Josefina. El primer monográfico que se editó conjuntamente con Silbo, fue Poemas. Este pequeño y breve volumen contiene cuatro poemas de Jesús Poveda y otros cuatro de Carlos Fenoll, que arropan las cuatro prosas de Justino Marín, "Gabriel Sijé", constituido en ecuador o corazón del libro. Los cuatro sonetos de Poveda, de tema amoroso, dejan también aflorar algún que otro sentimiento íntimo, tal y como sucede en la mayor parte de la producción lírica de Poveda. Sin embargo, habría que hablar de los errores cometidos a la hora de elaborar algunas estructuras sintácticas, y del léxico, que desafortunadamente tampoco está muy bien escogido. Hay también alguna deficiencia en el ritmo y a nivel expresivo, ideas y sentimientos no se corresponden demasiado bien. Este librito será reeditado en 1997.

De los momentos previos a la guerra, data también su noviazgo con Josefina Fenoll, antigua novia de Ramón Sijé. Criada entre panaderos y poetas, está muy acostumbrada a oir mencionar los nombres de García Lorca, Alberti, Aleixandre o Machado entre otros. También estaba acostumbrada a hablar de poesía con clientes y amigos, tal y como hacía con Miguel Hernández cada vez que iba a comprar a la panadería. Éste, le dedicaría en enero de 1936, una segunda elegía a Ramón, en la que se dirige a ella sobre todo: "En Orihuela, su pueblo y el mío, se ha quedado novia por casar la panadera de pan más trabajado y fino, que le han muerto la pareja del ya imposible esposo". Ese noviazgo, a decir de algunos, distanciaría algo a Poveda y a Josefina del resto de amigos del grupo, especialmente de Miguel Hernández, por no haber respetado la memoria del amigo muerto.

En noviembre de 1936 se marcha a Madrid con Carlos Fenoll a alistarse voluntario en un Batallón de Milicias, el de Federico García Lorca. Tras sufrir algunas peripecias en el frente, Aleixandre le conecta con otros poetas, como Rafael Alberti, Mª Teresa León o Lino Novás, por citar sólo algunos, volviendo a Orihuela en 1937.

Esto sólo le proporciona un descanso momentáneo, pues a principios de 1938 su quinta es llamada a filas. Partirá de Alicante hacia Barcelona, aunque no llegará a su destino porque su destacamento se queda en Vilaseca, en Tarragona, donde se encontraban acuarteladas Brigadas Internacionales. Aquí, su situación mejorará al encontrarse con un antiguo conocido de Albacete, Comisario del ejército, que tras reconocerle, hará que le destinen a esos mismos menesteres en la XV División, destacada en el Frente del Ebro. Aquí, escribirá algún romance y algunas letrillas para ser cantadas, entre algunas otras cosas. El 13 de abril de 1937 se casan en Orihuela.

En 1938 aparece también la primera edición de Sobre la misma tierra, en Barcelona. Ilustrada con dibujos, algunos realizados a pluma por otro comisario, Tey. Esta edición, se hizo mientras Poveda estaba luchando en las trincheras, no apareciendo una segunda edición como ya comentaremos más adelante, hasta que no se exilie, siendo esta además un poco diferente.

Finaliza la guerra Jesús Poveda, ya casado con Josefina Fenol [13 de abril de 1937], se autoexilian. Pasa a Francia, siendo internado en el campo de concentración de Saint Cyprien, en los Pirineos Orientales, del cual saldría gracias a la intervención del Comité Británico para ayuda a los Refugiados Españoles, junto a artistas e intelectuales como Ramón Gaya, Juan Gil-Albert, Miguel Prieto, Manuel Andujar, etc. Esperando a que llegue su esposa desde España, se traslada a Perpignan primero y a Toulouse luego, y es aquí donde se produce el feliz reencuentro el 14 de julio de 1939. Jesús y Josefina son ya refugiados políticos en toda regla, y esperando el traslado a América, intentan conseguir noticias sobre Miguel Hernández, y las que les llegan no son muy esperanzadoras, mostrando el calvario recién iniciado por el poeta oriolano. Este sufrimiento, constatado por todas las noticias recogidas a lo largo de los años y la visita a la tumba de Hernández 36 años después, le sugieren a Poveda cuatro sonetos en los que aparecen elementos religiosos y populares y una comparación de lo ocurrido a Hernández con Jesucristo y su pasión.

Aparecen en el libro "Vida, pasión y muerte de un poeta: Miguel Hernández", Imagen de la portada de "Vida, pasión y muerte de un poeta: Miguel Hernández"Imagen de la contraportada de "Vida, pasión y muerte de un poeta: Miguel Hernández"y se titulan: "Parábola de la traición", "Parábola del crimen", "Parábola de la luz" y "Parábola de la pobreza".

Por fin puede trasladarse con su esposa fuera de una Europa que empieza a consumirse pasto de las llamas de la Segunda Guerra Mundial, llegando a Santo Domingo en 1940, en el que residirán pocos años. Poveda y su esposa van a subsistir en principio de las actividades literarias de éste, que envía artículos y crónicas de arte a diarios y revistas del Cono Sur o del Caribe (Argentina, Cuba...). También va a dictar una serie de conferencias, entre las que destacan las que versaban sobre García Lorca y Aleixandre, publicadas todas en el folleto Ensayos (1941). Es el momento también de la publicación de Sobre la tierra, único libro de versos de este momento. Esta edición, se vendía de casa en casa, pagando los compradores siempre un sobreprecio, que añadido a lo obtenido con sus conferencias y programas de radio, le procuró un buen pasar.

Por si fuera poca la variedad de actividades desempeñadas por Poveda en estos momentos del exilio, es contratado como primer violín de la Orquesta Sinfónica que en 1941 funda el dictador Trujillo. [En ciudad Trujillo -hoy Santo Domingo) de la República Dominicana, participó en el homenaje que le dedicaron varios poetas a Miguel Hernández en el Ateneo Dominicano en 1943, su intervención se publicó en el semamanrio "Democracia"].
A mediados de 1943 se traslada a México, donde a pesar de sucesivos e infructuosos intentos, no consigue dedicarse a vivir de su pluma. En el país azteca, será padre tres veces: de una hija en 1944 y 1946, y de un hijo en 1948. [Poveda y Jodefina tuvieron 3 hijo, 7 nietos y 7 biznietos.

Realiza no obstante críticas de pintura y música, aunque debe cambiar también varias veces de trabajos, no sólo de gustos. Empezará como representante de productos de alimentación, pasando luego a montar unas tiendas dedicadas a la venta de productos del hogar y finalizará dedicado a los aceites comestibles y anhelando España, y sobre todo, Orihuela.

Poveda es hilozoísta como muchos de los autores olecenses y alicantinos, continuadores de este espíritu con posterioridad. En muchos de sus poemas encontraremos que le domina el anhelo de lo perdido, sobre todo la separación traumática del hogar. En algunas de estas composiciones es perfectamente rastreable la influencia hernandiana, cuando hable del próximo nacimiento de un hijo o de la esposa lejana.

Los símbolos, metáforas y otros recursos del lenguaje, escogidos por él, serán también muy del gusto hernandiano, siempre relacionados con la naturaleza circundante, con la luz, con la fecundidad de la tierra, como ocurre en Sobre la tierra, que recoge poemas anteriores, de la guerra, y donde se ve ese afán por imitar a Miguel Hernández en sus poesías de juventud.

El caso de Poveda es único en el grupo olecense de 1930. Él es autodidacta, como Fenoll, Hernández o Molina, pero sin embargo no le supera nadie en el entusiasmo mostrado por la literatura. Es como habíamos dicho un lector ávido de renacentistas, barrocos, románticos, realistas del XIX y pioneros del XX, algo que le lleva pronto a imitar a los más destacados y a poner por escrito sus propias composiciones. Pero ese afán por la lectura tiene también otro efecto colateral, el sentir de manera denodada cualquier impulso por colaborar en cualquier actividad, multiplicando ese espíritu ya de por sí participativo y cordial del grupo.

Su producción, es corta, y seamos realistas, a un nivel que no sobresale de la discreción, aunque quizá debido a la comparación obligatoria con la luz que emana de Sijé o de Hernández, la cabeza y el corazón del grupo.

De su época más juvenil, podemos rastrear restos de ese barroquismo asimilado por contacto con lo hernandiano, aunque desgraciadamente no ocurre igual que con Hernández, pues técnica y contenidos no discurren paralelamente.

Precisión y riqueza, se irán haciendo más patentes con el tiempo, aunque sin embargo, carecerán de garra siempre sus composiciones. Técnicamente, con el transcurrir del tiempo, modernizará su léxico y sus recursos técnicos, utilizando términos surrealistas y alternando rima libre con esquemas clásicos.

Tras la guerra y el exilio, las necesidades vitales le apartarán de la creación literaria, restándole tan sólo el consuelo de asistir a la tertulia literaria de León Felipe, donde coincidió con otro oriolano, Francisco Pina. Hasta que en 1974, realiza un primer viaje a España, donde fijarán su residencia definitiva poco tiempo después, instalándose en la ciudad alicantina de Torrevieja, donde residió hasta su fallecimiento [agosto de 1998]. Su vida se cierra con la publicación en 1975 en México de Vida, pasión y muerte de un poeta: Miguel Hernández, y posteriormente con alguna entrevista. Vida, pasión y muerte de un poeta: Miguel Hernández, se inserta en el conjunto de títulos que, sobre la vida del poeta oriolano, van a aparecer en los anaqueles de las librerias por esos años, algunos de ellos, casi objeto de culto por lo que desvelan y desmienten, y otros, detonantes de más libros que intentaban rebatir las aseveraciones que contenían, como es el caso de Mª de Gracia Ifach y su libro Miguel Hernández, rayo que no cesa, prontamente respondido por Vicente Ramos y Manuel Molina y su Miguel Hernández en Alicante. 
En este caso, nos encontramos ante un libro de desmitificación, en el que Poveda va desgranando sus recuerdos, que van enlazados con las vidas de Miguel Hernández y Carlos Fenoll, tal y como describe en el exhorto al lector del referido libro, que además de hablar de Miguel Hernández, debe hablar de Fenoll, ya que ambos forman un solo corazón, una sola alma, sin poderse descartar a uno por el otro, dándose así también pábulo a las corrientes que ven mutuas influencias entre Hernández y Fenoll y viceversa.
[Falleció en Murcia el 8 de agosto de 1998]


Datos tomados de la Fundación Miguel Hernández de Orihuela


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