Homenaje a Jesús Poveda

sábado, 1 de septiembre de 2012

Jesús Poveda en la revista "Silbo"


"La noche" poema publicado en la página 4 del número 1 de la revista "Silbo", mayo de 1936




UN CANTO A LA MATERIA

Con calor de mis dedos, con la pulpa de mis índices
te levanto en torrentes de agua, en puños y en costras,
te semejo a saliva y a tirabuzones de niña:
otros dicen que eres cangrejo, gangrena o tuberculosis aguda.
El cáncer roedor de los hombres no eres tú.
sino la mística de los emperadores, de los que imperan.
de los que fingen ademanes lentos, liamos agudos.
palabras de sílabas contadas.
dichas entre damas de la sangre verde
-putas verdes—.
huídas de los príapos calientes
que desvirgan inocentes niñas.
El mundo ha soportado largo tiempo a los falsetes del poeta:
impresionaba el canto delios ruiseñores
y el modo modalístico de los que se decían señores.
les subyugaba el vuelo aletargado de las palomas
y, mientras, retenían el vuelo del Universo
Roedora de los hombres no eres tú. Matería.
Sino el Espíritu. que envenena la plata y el cobre.
que enmohece a los del proletariado
contagiándolo de catolicismo: -¡ cataclismo!—
haciendo tísicos nuestros pulmones
ruborizados de las cosas naturales
como el barro, la carne, la vida y la muerte
¡Yo entrego mi pellejo a la Materia
y me canto y me parto y me deshago
por la materia viva, por la materia ardiente.
Materia que tiene de manos, de poros, de vetas y de sangre!
Con el veneno de las casas místicas de esos poetas de consonante sóla
yo me canto, me parto y me suicido:
¡El mundo es una piedra.
no un aullar de corazones tísicos!



"Un canto a la materia" es el título del poema de Jesús Poveda publicado en la página nº 3 del número 2 de la revista oriolana "Silbo", de junio de 1936.

A Miguel Hernández le hizo gracia este poema, cuando recibió el segundo número de "Silbo" en Madrid, escribe a Carlos Fenoll, en mayo-junio de 1936:

Señor director de "Silbo": es muy bonito el segundo número y no te puedes imaginar la gracia que ha hecho lo de Poveda. Me he ríedo a pierna tendida por su "putas verdes" y con ese modo de ahuecar el voz para que retumbre mucho. Dile de mi parte que tome el rábano por la hojas al querer hacer una poesía al modo de Neruda y que es preferible que haga sus sonetos, aunque se los dedique otra vez a su amor desconocido. Tengo muchas ganas de hablar con todos. Y a Poveda he de decirle que se tome más en serio y menos afectadamente su papel de poeta si quieres serlo.


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Según Efrén Fenoll, “Silbo fue el resultado de las inquietudes literarias que se vivían en la tahona, convertida en un particular ateneo”. He aquí la frase célebre de Miguel: “en este horno se hacen versos como panes y panes como lunas”. Por su parte Jesús Poveda, en Vida, pasión y muerte de Miguel Hernández(1975), cuenta así el nacimiento de la publicación: “Cuando ya la muerte anticipada se nos había llevado a Sijé, y Miguel Hernández estaba ya colocado en Madrid, Carlos Fenoll y yo quisimos consolarnos haciendo algo que fuera positivo para nosotros, que nos devolviera el ánimo para conseguir soportando aquel vacío. Y entonces echamos a volar una hoja de poesía en colores verde-azul-amarillo-rosa que llevaría siempre trabajos inéditos de los mejores poetas de España, de lo cual se encargaría desde Madrid nuestro hermano Miguel... Echamos a volar esta hoja de poesía y la llamamos Silbo, nombre que nos sugirió el poema de Miguel, “Silbo de afirmación en la aldea”. Por la dirección le pusimos la de Libertad-panadería. Salió el primer número de Silbo y fue recibido con júbilo en Madrid.”

Información tomada de "El Eco Hernandiano" de la Fundación Cultural Miguel Hernández.


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Los fundadores de la revista "Silbo" fueron Carlos Fenoll, Jesús Poveda, Gabriel Sijé, Ramón Pérez Álvarez como secretario y ayuda económica del farmacéutico Alfredo Serna. Miguel Hernández participaba buscando colaboraciones de sus amigos poetas de Madrid, y Efrén Fenoll colaboraba en el reparto en Orihuela- hemos de tener en cuenta que Efrén había nacido el 18-02-1917, por ello tenia 19 años en el 36. Fue un cometa que voló muy alto, se confeccionaba en papel amarillo con el que los niños confeccionaban cometas, según manifestó Efrén.
Según Jesús Poveda, Fenoll guardaba en su archivo la correspondencia cruzada con ocasión de la publicación de Silbo, así como los originales de Juan Ramón Jiménez y de otros poetas. Silbo fue financiado por Alfredo Serna, que aportaba 20 pesetas, y Carlos Fenoll, Jesús Poveda, Justino Marín y Ramón Pérez, que aportaban 10 pesetas cada uno, lo que coincide con el coste de sesenta pesetas. El nombre lo sugirió Miguel de su poema “Silbo de afirmación en la aldea”. La dirección era Libertad-Panadería, según Poveda era mejor esta dirección que la de Arriba, 5, para evitar la similitud de "Arriba España" de Falange; aunque nuestra opinión nos lleva a pensar con más sentido por que la calle Arriba se denominaba Libertad en tiempos de la República. (Miguel Hernández. pasión, cárcel y muerte de un poeta, de José Luis Ferris, ediciones Planeta, 2010, pp346-347. Edición actualizada).

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